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«Un viejo sueño ha muerto»
Cuando el marido de Lady Emily se enteró del plan de Sydney, se opuso fuertemente, pero cuando Miss Dodge ofreció pagar tanto el pasaje de regreso de su esposa como los de las cuatro muchachas, no hubo nada que pudiera hacer para impedir el viaje sin el riesgo de romper su matrimonio.
Es dudoso que Krishna se percatara de su oposición porque, aunque se mostrara contrario al matrimonio para los aspirantes al discipulado, no era un destructor de hogares.
Krishna y Nitya, con Lady Emily y las cuatro muchachas emprendieron viaje a Bombay desde Venecia, el 2 de noviembre. (Rajagopal había regresado a Cambridge para cursar su último año).
El día que finalizaba el viaje, Nitya súbitamente expectoró sangre.
Los siguientes doce meses iban a ser para Krishna un período de gran ansiedad por este muy amado hermano.
En la India, nos detuvimos primero en Adyar y luego en Delhi, antes de continuar hacia Sydney al año siguiente.
A poco de llegar a Adyar, donde encontramos a Madame de Manziarly, Mar y Yo, «el proceso» de Krishna comenzó otra vez, ahora sin la ayuda de Helen que, con Ruth, había viajado directamente a Sydney.
Tampoco tuvo ninguna ayuda de Nitya, quien estaba nuevamente muy enfermo y había subido a Ootamund con Madame de Manziarly.
«Supongo que todo esto terminará algún día», escribió Krishna desde Adyar en enero a Mrs. Besant, quien se encontraba en Delhi, «pero el presente es más bien atroz. No puedo realizar ningún trabajo, etc.
Ahora ello prosigue todo el día y toda la noche».
Pero estaba lejos de ser tan intenso como había sido.
Poco antes de escribir esto, Krishna había estado en Madanapalle, su lugar de nacimiento, a fin de buscar un sitio para una universidad que anhelaba construir.
Descubrió un lugar arenoso en el valle de Tettu, a unas diez millas de la ciudad y a 2500 pies sobre el nivel del mar.
Al año siguiente pudo constituir un Trust para comprar allí 300 acres de terreno.
Le puso el nuevo nombre de Valle de Rishi, por el monte Rishi Conda que dominaba el valle, y allí se fundó una escuela, no una universidad.
Fue la primera de las ocho escuelas que en total habría de fundar Krishna.
Los hermanos habían sido invitados a la Convención Teosófica de Sydney a realizarse en abril, así que viajaron hacia allá con la familia Lutyens.
Raja fue con ellos para ayudar en el cuidado de Nitya, que aún seguía muy enfermo.
Un especialista diagnosticó en Sydney que Nitya necesitaría de todas sus fuerzas para superar la enfermedad y que debía dejar la ciudad inmediatamente, por lo que se dirigió a las alturas de Leura en las Montañas Azules, donde alquilaron para él una excelente cabaña de troncos.
Rosalind, que todavía se encontraba en Sydney, fue con él como su enfermera junto con una dama de compañía casada.
Krishna dividía su tiempo entre Leura y Sydney.
Aunque había hecho todo lo posible para que las muchachas fueran a Sydney, era evidente que detestaba la atmósfera de iglesia que imperaba allí, y no fue bien acogido por Leadbeater, quien encontraba en él una influencia disociadora.
Krishna solía sonreírnos y guiñarnos el ojo desde la ventana cuando nos sentábamos en una habitación mal ventilada tratando de meditar junto con otros miembros de la gran comunidad del «Manor» en los suburbios de Mosman 1 .
Se mostraba terriblemente impaciente con el febril interés de todo el mundo por dar los pasos en el Sendero Probatorio tal como los repartía Leadbeater, lo cual conducía a los celos y al snobismo.
Comparados con Krishna, todos en el «Manor» parecían vulgares y mediocres.
Él trató de hablar con Leadbeater acerca del «proceso», pero Leadbeater no tenía nada útil que decir, eso estaba por completo fuera de su línea de experiencia y, ciertamente, no era una preparación necesaria para las iniciaciones. Parcelas de terreno habían sido donadas a Krishna para su labor en muchas partes de Australia, y un gran anfiteatro blanco de piedra acababa de construirse en un sitio espléndido en el extremo del puerto de Balmoral, próximo al «Manor», donde se esperaba que el Señor hablara cuando viniera.
Este anfiteatro y los terrenos quedaron, por pedido de Krishna, a cargo de diferentes trusts.
En junio, el especialista consideró que Nitya estaba lo bastante bien para viajar.
Cuando el 24 de junio los hermanos se embarcaron rumbo a San Francisco, acompañados de Rosalind y un médico y teósofo sueco, yo sentí que la luz se había ido de mi vida para siempre.
Mi madre, que supuestamente había pasado su primera iniciación en Sydney, ya había regresado a Inglaterra dejándonos a Helen, a Ruth, a Betty y a mí en el «Manor».
Fue un viaje terrible porque Nitya estaba cada vez más débil. Cuando se hallaban próximos a su arribo, Krishna escribió a Mrs. Besant: «Superaremos esto y Nitya estará bien otra vez. Ha sido y es un período de mucha angustia, amada madre mía, pero usted y los Maestros están ahí».
En Ojai, después de sólo una quincena de tratamiento diario con el método Abrams, la condición de Nitya había mejorado.
Sin embargo, la disminución del mal fue efímera, y en los tres meses siguientes todas las energías de Krishna fueron absorbidas en el cuidado de su hermano cuando éste enfermó demasiado como para abandonar la cama en absoluto.
Krishna habría caído en la desesperación si tanto Mrs. Besant como Leadbeater no le hubieran asegurado que los Maestros no iban a permitir que Nitya muriera; su vida era demasiado valiosa.
(1) Para un relato de la vida en la comunidad de Leadbeater en El Manor, ver To be Young (Ser joven), Mary Lutyens (reimpresa Corgi, 1989).
Entretanto, Mrs. Besant había viajado a Inglaterra con Shiva Rao para dar conferencias en el Queen’s Hall.
George Arundale, que había participado en una gira de conferencias alrededor del mundo con su esposa Rukmini, estaba parando en una comunidad teosófica en Huizen, Holanda, no lejos del Castillo de Eerde, la cual era dirigida por un obispo de la Iglesia Católica Liberal, James Ingall Wedgwood.
También se encontraba en Huizen un joven noruego llamado Oscar Kollerstrom, antiguo discípulo de Leadbeater en Sydney y sacerdote de la Iglesia Católica Liberal.
Arundale telegrafió a Mrs. Besant en Londres para decirle que estaban ocurriendo sucesos asombrosos: Oscar acababa de pasar su tercera iniciación, Wedgwood la segunda y Rukmini la primera, el kundalini acababa de ser despertado en Wedgwood y en Rukmini.
(Arundale era ya un segundo iniciado, y él y Oscar afirmaban ambos poseer clarividencia). Después de otro excitante telegrama, Mrs. Besant canceló sus conferencias en el Queen’s Hall y viajó a Huizen acompañada por Esther Bright, Lady Emily, Shiva Rao y Rajagopal.
Dos días después de la llegada de Mrs. Besant, el 26 de julio, Arundale fue ordenado sacerdote, a Miss Bright, Lady Emily y Rajagopal se les dijo que habían pasado su tercera iniciación y a Rukmini que había pasado la segunda.
El día 4 de agosto, Arundale fue consagrado obispo.
El consentimiento de Leadbeater para este paso había sido solicitado por cable; al no llegar ninguna respuesta, Arundale afirmó que había recibido el «cordial consentimiento» de Leadbeater en el plano astral.
Cuando regresaron de la ceremonia, Mrs. Besant encontró un cable de Leadbeater desaprobando fuertemente el paso.
Ninguno de los acontecimientos de Huizen fue confirmado jamás por Leadbeater.
Arundale siguió «retransmitiendo» instrucciones de los Maestros: Ningún iniciado debía compartir una habitación con un no-iniciado; todos los sacerdotes debían llevar ropa interior de seda (esto era muy difícil para los pobres, observó Lady Emily), las capas debían ser cuidadosamente escogidas, pero no debía usarse capelo (por primera vez Miss Dodge se resistió cuando le pidieron que comprara ropas suntuosas para los obispos); Mrs. Besant, Wedgwood y los Arundale debían desistir de comer huevos en cualquiera de sus formas.
(Según Lady Emily, Mrs. Besant fue la única en adherirse a esta instrucción, con la consecuencia de que en adelante se sintió medio muerta de hambre).
En la noche del 7 de agosto, Krishna (en Ojai), Raja (en la India), Arundale y Wedgwood pasaron, según Arundale, su cuarta iniciación o Arhat, y dos noches después Arundale «retransmitió» los nombres de diez de los que, según dijo, iban a ser los doce apóstoles del Señor.
Estos eran: Mrs. Besant, Leadbeater, Raja, Arundale, Wedgwood, Rukmini, Nitya, Lady Emily, Rajagopal y Oscar Kollerstrom.
Krishna no había sido consultado, pero se dio por hecho que él lo sabría todo al respecto en el plano astral.
En la edición de junio del Herald, Arundale había anunciado que Krishna no podría asistir ese año al campamento de Ommen debido a la salud de Nitya, pero que Mrs. Besant y él estarían allí y que él esperaba que todo el mundo considerara como un deber especial estar presente.
Por lo tanto, hubo pocas cancelaciones y el 10 de agosto el grupo de Huizen se trasladó a Ommen, donde esa tarde se inauguraron el campamento y el Congreso (Mrs. Besant se alojó en el Castillo).
Al otro día, Mrs. Besant anunció públicamente en una plática, que el Señor ya había escogido a sus apóstoles pero que a ella sólo se le había permitido revelar los nombres de siete de ellos, los que ya se habían convertido en Arhats: ella misma y Leadbeater, Raja, Arundale, Krishna, Oscar Kollerstrom y Rukmini, quien, le aseguraron, iba a convertirse en Arhat dentro de unos pocos días (1) .
No fue sino hasta que se lo señalaron después, que Mrs. Besant se dio cuenta de que había dejado fuera a Wedgwood nombrando a Krishna como uno de sus propios apóstoles.
Rectificó estos errores en otra plática pública del día 14.
El campamento se disolvió ese día y el grupo de Huizen regresó allí.
Arundale se quedó, sosteniendo excitadamente: «Yo sé que alguna otra cosa ha ocurrido, pero parece imposible».
A la mañana siguiente, Mrs. Besant llamó a su habitación a Miss Bright, Lady Emily, Rukmini y Shiva Rao y tímidamente les dijo que ella, Leadbeater, Krishna, Raja, Arundale, Wedgwood y Oscar habían pasado todos su quinta iniciación, la final, en la noche del día 13, pero que no habría diferencia alguna en la manera en que ellos serían tratados.
Lady Emily había sido atrapada en la histeria de ese período de Huizen y había escrito entusiastamente a Krishna acerca de ello.
Él cablegrafió de vuelta preguntándole si Leadbeater había confirmado todos estos acontecimientos.
Ella cablegrafió contestando que Mrs. Besant misma estaba haciendo los anuncios, y agregaba: «Confía en ella».
Cuando Lady Emily regresó a Londres, encontró una carta de Krishna muy desdichada y llena de escepticismo.
Ella destruyó, a petición de él, todas las cartas que Krishna le había escrito durante aquel período loco; él temía que pudieran caer en otras manos y perjudicar a Mrs. Besant, quien le estaba escribiendo para rogarle que confirmara todo lo que Arundale había «retransmitido».
No queriendo lastimarla, Krishna contestó meramente que había estado demasiado ocupado atendiendo a Nitya como para tener conocimiento de todo ello. Antes de eso, había preguntado si Rajagopal podía ser enviado a Ojai para ayudar en el cuidado de Nitya.
Este pedido había sido aceptado, y Rajagopal había partido para EE.UU. antes de la inauguración del campamento.
Mrs. Besant deseaba mucho que Krishna fuera con ella a la India ese invierno para asistir a la Convención de Adyar en celebración del quincuagésimo aniversario de la fundación de la Sociedad Teosófica.
El no quería en,
(1) Herald, septiembre 1925. Los otros sucesos ocultos registrados en este capítulo proceden del diario de Lady Emily (AB).
absoluto dejar a Nitya, pero cuando a fines de octubre Nitya pareció mejorar y Madame de Manziarly se ofreció para ir a Ojai a fin de atenderlo, Krishna vino a Inglaterra de mala gana, acompañado de Rosalind y Rajagopal, para complacer a Mrs. Besant.
A poco de su arribo, Lady Emily tuvo con él una larga charla y lo encontró terriblemente desconsolado por los recientes acontecimientos de Huizen y Ommen.
Algo que para él era tan bello, tan íntimo y sagrado, lo habían convertido públicamente en algo feo, vulgar y ridículo.
Lady Emily le preguntó por qué no le expresaba a Mrs. Besant sus sentimientos.
Él dijo: «¿De qué serviría?». Ellos dirían solamente que los Poderes Negros se habían apoderado de él.
A pesar de todo, Krishna trató varias veces de hablar con Mrs. Besant pero ella no pareció entender.
Lady Emily sentía que Mrs. Besant estaba hipnotizada por Arundale y que ella misma había sido ridículamente crédula.
El grupo que partió de Nápoles para Colombo el 8 de noviembre, estaba formado por Mrs. Besant, Krishna, Lady Emily, Rosalind, Rajagopal, Shiva Rao, Wedgwood, Arundale y Rukmini.
Los dos obispos, paseándose por Nápoles en largas sotanas rojas, le dijeron a Krishna que la vida de Nitya sería perdonada si él [Krishna] los reconocía a ellos como Adeptos y aceptaba a sus doce apóstoles escogidos.
Krishna no haría una cosa semejante, y trató de no hablar con ellos. Shiva Rao opinaba que Krishna, ni por un momento, dudó jamás del poder de los Maestros para salvar a Nitya.
En la noche del día 13, justo citando estaban entrando al Canal de Suez, Mrs. Besant recibió un telegrama que anunciaba la muerte de Nitya.
Según cuenta Shiva Rao, que compartía un camarote con Krishna, los siguientes diez días fueron angustiosos.
En las noches sollozaba, gemía y lloraba a gritos por Nitya, a veces en su dialecto nativo telugu que, estando despierto y consciente, no era capaz de hablar. Sin embargo, cuando llegaron a Colombo había transformado su pena en lo que casi era una bendición y había escrito un trabajo acerca de Nitya que fue publicado por el Hera1d en sus notas editoriales de enero de 1926: Los sueños agradables que mi hermano y yo teníamos en lo físico, han concluido... Nos divertíamos mucho en la vida, aunque éramos de temperamentos diferentes.
De algún modo nos entendíamos sin esfuerzo... Era una existencia feliz, y lo extrañaré físicamente durante toda esta vida.
Un viejo sueño ha muerto y uno nuevo ha nacido, como una flor que irrumpe a través de la tierra sólida...
Una fuerza nueva nacida del sufrimiento está latiendo en las venas, y una nueva simpatía y comprensión nacen del sufrimiento pasado.
Hay un mayor deseo de ver sufrir menos a otros y, si es que tienen que sufrir, ver que lo soporten noblemente y salgan de ello sin demasiadas cicatrices.
He llorado, pero no quiero que otros lloren, y si lo hacen, ahora sé lo que eso significa...
En el plano físico pudimos estar separados, y ahora somos inseparables...
Como Krishnamurti, ahora tengo un fervor más intenso, una fe mayor, mayor simpatía y amor, porque en mí también están el cuerpo, el Ser de Nityananda...
Ahora sé, con mayor certeza que nunca, que existe en la vida una gran belleza, una felicidad verdadera que no puede ser destruida por ningún suceso físico, una gran fuerza que no puede ser debilitada por ningún acontecimiento pasajero y un gran amor que es permanente, imperecedero e invencible.
La muerte de Nitya fue una conmoción terrible para Mrs. Besant, aunque no socavó su fe, mientras que, desde esa época en adelante, Krishna parece haber perdido toda su fe, en los Maestros tal como los presentaba Leadbeater, si bien no en el Señor Maitreya y en su propio papel de vehículo.
Arundale y Wedgwood pusieron bien en claro que Nitya había muerto porque Krishna se había negado a reconocerlos. Leadbeater, con un grupo de setenta personas que incluía a Helen, Ruth, Betty y a mí, llegó a Colombo unos días después.
En Melbourne nos habíamos enterado de la muerte de Nitya. Mrs. Besant, Krishna y otros, que habían ido a Adyar, regresaron a Colombo para encontrarse con nosotros.
El saludo de Leadbeater a Krishna fue: «Al menos tú eres un Arhat».
Después de la travesía a la India, hubo un tren especial a Madrás para todo el grupo, con multitudes, guirnaldas y postraciones en cada estación.
Krishna, que sabía cuán apasionadamente yo había amado a Nitya, se sentó junto a mí en el tren.
«Krishna estuvo perfectamente delicioso», escribí en mi diario, «y me habló de Nitya. Ahora están todo el tiempo juntos. K mismo es mucho más maravilloso y más tierno».
La situación en Adyar fue muy penosa. Ruth reveló que Leadbeater no creía en ninguna de las iniciaciones distribuidas en Huizen. Había, por lo tanto, dos bandos: el grupo Arundale-Wedgwood y el grupo Leadbeater, con Krishna y sus propios adherentes que se mantenían apartados de ambos grupos; y Mrs. Besant, que no había perdido nada de su amor y reverencia por Krishna, trataba de reconciliarlos a todos ellos.
Una mañana, subió a la habitación de Krishna, lo tomó de la mano y lo condujo abajo a su propio salón, donde Leadbeater, Raja, Arundale y Wedgwood estaban reunidos; sentándolo en el sofá entre ella misma y Leadbeater, le preguntó si los aceptaría como sus discípulos. Krishna contestó que no aceptaría a ninguno de ellos excepto, tal vez, a la propia Mrs. Besant.
(El recuerdo de este incidente es uno de los muy pocos que Krishna retuvo por todo el resto de su vida, porque no ocurrió mucho antes de que perdiera prácticamente todos los recuerdos del pasado).
La Convención Teosófica fue seguida, el 28 de diciembre, por el Congreso de la Estrella.
En la primera reunión, efectuada bajo la higuera de Bengala a las ocho de la mañana, con más de 3000 personas presentes, cuando Krishnamurti estaba finalizando una plática acerca del Instructor del Mundo, de pronto se transformó.
Había estado diciendo: «El viene sólo a aquellos que lo necesitan, que lo desean, que lo anhelan», cuando su rostro cambió y su voz resonó con extraordinaria autoridad: «Y yo vengo para aquellos que desean armonía, que desean la felicidad, que anhelan ser liberados. Yo vengo a reformar, no a demoler, no vengo a destruir sino a edificar» (1) . Fue un momento electrizante para aquellos de nosotros que advertimos el cambio.
(Wedgwood y Arundale dijeron que pensaban que Krishna estaba meramente citando las escrituras).
Mrs. Besant, ciertamente, notó el cambio. En la última reunión del Congreso de la Estrella, habría de decir: «... ese acontecimiento [del 28 de diciembre] marcó la definitiva consagración del vehículo elegido... la aceptación final del cuerpo escogido hace mucho tiempo... El Advenimiento ha comenzado». Y en la tirada del Theosophit, de enero de 1926, Mrs. Besant escribió: «No hubo excitación ni conmoción aun el 28 de diciembre cuando, mientras nuestro Hermano Krishnaji estaba concluyendo su ‘discurso’, su palabra fue interrumpida por nuestro Señor, el Instructor del Mundo, quien tomó posesión de su cuerpo y pronuncio un par de frases».
Leadbeater no estuvo menos seguro.
Después de su regreso a Sydney, declaró que no había «una sombra de duda» de que «Él» había usado «al Vehículo más de una vez» en la Convención del jubileo (2) .
Krishna mismo tampoco tenía dudas.
En una charla ante los Representantes Nacionales de la Orden de la Estrella en Adyar, dijo: «El recuerdo del día 28 debe ser para ustedes como si estuvieran custodiando una joya preciosa, y cada vez que la miren deben sentir un estremecimiento.
Entonces, cuando Él venga otra vez, y estoy seguro de que muy pronto Él vendrá nuevamente, será para ustedes una ocasión más noble y mucho más bella aún que la última vez» (3) . Y en una reunión de los discípulos, dijo: «Personalmente, me siento muy diferente desde ese día... Como un vaso de cristal, un vaso que ha sido lavado y ahora todo el mundo puede poner una bella flor en él, y la flor vivirá en el vaso y nunca morirá» (4) . Lady Emily anotó en su diario que Krishna le dijo que ahora se sentía como una cáscara vacía, tan absolutamente impersonal.
Cuando ella le describió cómo habían cambiado su rostro y su voz, él le dijo con añoranza: «Desearía haber podido verlo». ¿Creía él que era el rostro del Señor Maitreya? Casi hasta el final de su vida, él estuvo acentuando la importancia que Mrs. Besant y Leadbeater siempre habían dado al «rostro», pero esto parece haberse referido a la belleza de su propio rostro, que él siempre consideró de manera completamente impersonal, como lo hizo con todo su cuerpo.
El cuerpo, aparentemente, había sido puesto a su cargo para que lo cuidara.
Este sentido de completa disociación con respecto a su cuerpo, fue un fenómeno que duró toda su vida. (1) Herald, febrero 1926. (2)Herald, junio 1926. Herald, junio 1926. (3) Herald, marzo 1926. (4) Candles in the Sun.
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