martes, 25 de julio de 2023

VIDA Y MUERTE DE KRISHNAMURTI - ESCRITO POR MARY LUTYENS - 1

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 «¿Qué se sabe del niño Krishna?»

 Lo más extraordinario acerca de la vida de Krishnamurti fue que cuanto le profetizaron en su juventud se cumplió, pero en una forma muy diferente de lo esperado. Para comprender la evolución experimentada por Krishnamurti, es esencial tener al menos un ligero conocimiento del misticismo teosófico en que se nutrió. La Sociedad Teosófica, cuyo objetivo era «formar el núcleo de una Hermandad Universal de la Humanidad», fue fundada en Norteamérica en 1875 por esa extraordinaria mística rusa, clarividente y operadora de milagros, llamada Madame Helena Petrovna Blavatsky y por el Coronel Henry Steel Olcott, un veterano de la guerra civil americana que se interesaba profundamente en el espiritualismo y que también afirmaba poseer clarividencia. Esta extraña pareja, en la que ambos siguieron siendo «compinches» (según expresión de Olcott) por el resto de sus vidas, adoptó como su credo oculto muchas de las antiguas tradiciones de Oriente, y en 1882 trasladó sus cuarteles a un gran complejo residencial en Adyar, un suburbio al sur de Madrás, paraje sumamente hermoso donde el río Adyar confluye en la Bahía de Bengala y donde se encuentra una de las higueras más grandes de la India, así como una milla de extensión fluvial que llega hasta una vacía playa arenosa. Allí han permanecido desde entonces los Cuarteles Internacionales de la Sociedad, habiéndose construido más casas y adquirido más terrenos; desde allí, el movimiento pronto se expandió por todo el mundo. Para convertirse en miembro de la Sociedad sólo era necesario afirmar una creencia en la hermandad del hombre y en la igualdad de todas las religiones, pero en el corazón de la Sociedad estaba la Sección Esotérica, en la que al aspirante se le concedía la condición de miembro sólo después de que hubiera probado su sinceridad y su provecho para la Sociedad. La Sección Esotérica tomó de la antigua sabiduría de diversas religiones una jerarquía de grandes seres espirituales, la llamada Gran Fraternidad Blanca. Habiendo aceptado la teoría de que la humanidad evoluciona a través de una serie de vidas (reencarnación) hasta la perfección máxima (que todos obtendrían al final, por muchas vidas que les llevara), no resultaba difícil creer que los seres humanos se encontraban todos en diferentes etapas de su evolución, o creer en los llamados Maestros. Los Maestros eran almas perfeccionadas que, liberadas de la rueda del karma -esa ley inexorable por la cual cosechamos lo que sembramos, tanto de bien como de mal, a través de una serie de vidas-, eligieron permanecer en contacto con la humanidad a fin de ayudarla a lo largo del camino de la evolución. Existían muchos Maestros, pero los dos que se decía habían tomado bajo su especial protección a la Sociedad Teosófica, eran el Maestro Morya y el Maestro Kuthumi. En los tiempos de Madame Blavatsky se creía que estos Maestros, dentro de cuerpos humanos espléndidos, vivían cerca el uno del otro en una hondonada del Tíbet, desde donde a menudo emergían para viajar a otras partes del mundo. También podían materializarse mientras permanecían en el Tíbet y comunicarse, mediante cartas materializadas, con los líderes de la Sociedad (1) . Madame Blavatsky afirmaba haber vivido en el Tíbet con los Maestros durante muchos meses y haber recibido del Maestro Morya, que ella había adoptado, la enseñanza oculta que siempre había anhelado y que después ofreció al mundo a través de sus monumentales obras: Isis sin Velo y La Doctrina Secreta, así como por medio de la Sección Esotérica (2) . Por encima de los Maestros en la jerarquía de los seres espirituales estaba el Señor Maitreya, el Bodhisattva quien, según creían los teósofos en la época del «descubrimiento» de Krishnamurti en 1909, dentro de poco tiempo tornaría a su cargo un vehículo humano especialmente preparado para él, tal como dos mil años antes había adoptado el cuerpo de Jesús para fundar una nueva religión. El Bodhisattva encarnaba cuando el mundo tenía una especial necesidad de él. Sobre él en la jerarquía, había seres más grandes aún, incluyendo al Buddha (3) . Madame Blavatsky murió en 1891, y al morir en 1907 el primer Presidente de la Sociedad Teosófica, el Coronel Olcott, Mrs. Annie Besant fue elegida Presidenta y, consecuentemente, estableció su residencia en Adyar. Ella y su principal colega, Charles Webster Leadbeater (un antiguo clérigo de la Iglesia Anglicana y discípulo de Madame Blavatsky), eran ambos clarividentes, aunque más tarde Mrs. Besant desechó sus poderes ocultos cuando decidió dedicar la mayor parte de sus energías a la causa de la autonomía de la India. Tanto Mrs. Besant como Leadbeater afirmaban hallarse en estrecho contacto con los Maestros. Sin embargo, fue Leadbeater quien se convirtió en el portavoz de su propio Maestro Kuthumi (el Maestro de Mrs. Besant era Morya), transmitiendo sus mensajes (1) Algunas de las cartas de los Mahatmas, como se las llama, se encuentran en la Biblioteca Británica. (2) Blavatsky and her Teachers (Blavatsky y sus Maestros) Jean Overton Fuller (East-West Publications, 1988). (3) Según la tradición, el Buda era una posición en la jerarquía. Gautama había sido el último Buda. Se decía que el Señor Maitreya habría de ser el próximo Buda después de haber cumplido su misión en la tierra; de aquí el título de Bodhisattva. Madame Blavatsky, no mencionó, en ninguno de sus escritos, el advenimiento del Señor Maitreya, pero es evidente que algo dijo a sus seguidores (aun cuando ello fuera malentendido), porque Mrs. Besant recordaba sus críticas cuando ella fundó la Orden de la Estrella de Oriente que Madame Blavatsky había «considerado como la misión de la Sociedad Teosófica a fin de preparar al mundo para la venida del próximo gran Instructor, <<si bien ella situó ese acontecimiento tal vez medio siglo más adelante de lo que yo lo había hecho». Dando instrucciones y guiando a sus discípulos terrenales por el oculto Sendero del Discipulado. Los Maestros estaban dispuestos a considerar la aceptación de discípulos si estos estaban suficientemente evolucionados. Los pasos en el Sendero eran la Probación, la Aceptación y cuatro Iniciaciones posteriores que culminaban en la quinta, la condición de Adepto, que equivalía a alcanzar la perfección, el nirvana. Según Leadbeater, los Maestros todavía vivían en la misma hondonada del Tíbet, en los mismos cuerpos milagrosamente preservados del envejecimiento tal como los había conocido Madame Blavatsky. Sin embargo, ya nunca abandonaron su valle y, en cuerpo astral, podían ser visitados en sus moradas (1) . Leadbeater solía aceptar candidatos para el discipulado llevándolos en sus cuerpos astrales, mientras dormían, a la casa del Maestro Kuthumi, y después les anunciaba en la mañana si habían tenido éxito o no en alcanzar el paso al que aspiraban en el Sendero. Uno puede imaginarse el poder que llegó a ejercer Leadbeater sobre su grupo, cuyos miembros creían fervientemente en él y en la existencia de los Maestros y de los otros seres santos acerca de los que se les había hablado, y cuánto esnobismo y celos debe haber ocasionado la fe que profesaban. Leadbeater sostenía, en la época en que Krishnamurti llegó a Adyar, que él y Mrs. Besant estaban tan altamente evolucionados que ya habían tomado su cuarta iniciación o Arhat. Jiddu Krishnamurti nació el 11 de mayo de 1895 (2) en Madanapalle, un pequeño pueblo rodeado de cerros que se encuentra entre Madrás y Bangalore. Su padre, Jiddu Narianiah, se había casado con una prima, Sanjeevamma, quien le dio diez hijos, de los cuales Krishna fue el octavo. Esta familia brahmín, estrictamente vegetariana y que hablaba el dialecto telugu, no pasaba grandes necesidades de acuerdo a los patrones imperantes en la India, Narianiah era funcionario en el Departamento de Rentas de la administración británica y antes de su retiro alcanzó la posición de Magistrado de Distrito. Narianiah era teósofo y Sanjeevamma una adoradora de Sri Krishna (también un octavo hijo), en honor al cual dio nombre a su propio hijo. Sanjeevamma tuvo una premonición de que este octavo hijo iba a ser notable en alguna forma e insistió, a pesar de las protestas de su esposo, en que el nacimiento debía tener lugar en la habitación del puja. Un escritor brahmín ha señalado que, a esta habitación destinada a las plegarias, normalmente sólo se podía entrar después de un baño ritual y vistiendo ropas limpias: «El nacimiento, la muerte y el ciclo menstrual eran los focos de la contaminación ritual... Que un hijo pudiera nacer en esta habitación era inconcebible» (3) . Y, no obstante, así ocurrió. A diferencia de otros partos de Sanjeevamma, éste fue un nacimiento normal. A la mañana siguiente el horóscopo del niño fue hecho por un conocido astrólogo, quien aseguró a Narianiah que su hijo iba a ser un hombre extraordinario. Por años pareció improbable que su predicción se cumpliera. Dondequiera que el astrólogo veía a Narianiah, solía preguntarle: ¿Qué se sabe del niño Krishna?... Espere. Le he dicho la verdad, él será alguien muy grande y maravilloso». A la edad de dos años, Krishna casi murió de malaria. Después de eso, durante varios años padeció de ataques de malaria y severas pérdidas de sangre por la nariz que lo mantenían lejos de la escuela y más cerca de su madre que cualquiera de los otros hijos. Le gustaba ir con ella al templo. Era un niño tan vago y soñador y tan malo en sus labores escolares (en realidad las odiaba), que a sus maestros les parecía que era mentalmente retardarlo. Sin embargo, era extremadamente observador, como habría de serlo durante toda su vida. Solía detenerse por largos intervalos cada vez observando los árboles y las nubes, o se ponía en cuclillas para fijar la mirada en flores e insectos. Tenía también una naturaleza sumamente generosa, otra característica que conservó a lo largo de toda su vida. A menudo solía volver de la escuela sin el lápiz, la pizarra o los libros por habérselos dado a un niño más pobre, y cuando los mendigos venían a la casa en las mañanas a fin de recibir el habitual obsequio de arroz crudo y su madre lo enviaba afuera para que distribuyera el alimento, él acostumbraba regresar por más, ya que había vertido todo el arroz en la bolsa del primer mendigo. Cuando éstos volvían nuevamente en la noche en busca de comida cocida y los sirvientes trataban de alejarlos, Krishna corría hacia el interior de la casa para traerles el alimento. Si Sanjeevamma hacía dulces especiales para convidar a los niños, Krishna solía tomar sólo una parte de su porción y daba el resto a sus hermanos. Krishna tenía otro rasgo en su carácter que permaneció siempre con él y que parece estar en desacuerdo con su naturaleza soñadora: el amor por la maquinaria. Esto se reveló por primera vez el día en que desarmó el reloj de su padre a fin de descubrir cómo funcionaba y rehusó ir a la escuela e incluso comer hasta volver a armarlo nuevamente, en lo que, según parece, tuvo éxito. Había un vínculo especial entre Krishna y su hermano Nityananda (Nitya), que era tres años menor. Nitya era tan agudo e inteligente en la escuela, como Krishna era vago y difícil de enseñar. A medida que fueron creciendo, Krishna se volvió cada vez más dependiente de este pequeño hermano. (1) The Masters and the Path (Los Maestros y el Sendero), C.W. Leadbeater (TPH, 1925). (2) Esta fecha está de acuerdo con los cálculos astrológicos hindúes, que cuentan el día desde las 4 a.m. hasta las 4 a.m. Según el cómputo occidental, él habría nacido a las 0,30 hs. del día 12 de mayo. (3) Krishnamurti, Pupul Jayakar, Kier, Buenos Aires, 1989. En 1904 murió la hermana mayor de Krishna, una muchacha de veinte años dotada de una naturaleza muy espiritual. Fue después de la muerte de ella que Krishna demostró por primera vez que era clarividente: tanto él como su madre veían con frecuencia a la muchacha muerta en un lugar especial del jardín. Sin embargo, al año siguiente, cuando Krishna tenía diez años y medio, una tragedia mucho mayor sobrevino a la familia: murió la propia Sanjeevamma. Krishna la veía después de su muerte aun más claramente de lo que había visto a su hermana, un hecho que fue confirmado por Narianiah (1) . Cuando a fines de 1907 y a la edad de cincuenta y dos años, Narianiah, fue jubilado compulsivamente con una pensión de sólo la mitad de su sueldo anterior, le escribió a Mrs. Besant ofreciendo sus servicios de cualquier clase en Adyar. (Aunque era un brahmín ortodoxo, había sido miembro de la Sociedad Teosófica desde 1882; la teosofía acepta todas las religiones). Le dijo a Mrs. Besant que era viudo con cuatro hijos cuyas edades fluctuaban entre los cinco y los quince años, y que, como su única hija estaba casada, no había nadie más que él para cuidar de los niños. (Puesto que Krishna era el octavo hijo y tenía dos hermanos menores y una hermana vivos, los otro cuatro niños, aparte de la hermana de veinte años, deben haber muerto por entonces). Mrs. Besant rechazó su oferta con el fundamento de que la escuela más próxima se hallaba a tres millas de distancia y de que los niños serían una influencia perturbadora en el complejo. Afortunadamente, Narianiah insistió y a la larga, a fines de 1908, se le dio un empleo como secretario asistente. El 23 de enero de 1909 se trasladó a Adyar con sus hijos. Como dentro del complejo residencial no había una casa disponible, la familia fue ubicada fuera, en una cabaña desmantelada sin servicios sanitarios internos. Los niños llegaron en una condición física espantosa. La hermana de Narianiah, que había reñido con su esposo, vino a cuidar la casa por un tiempo, pero parece haber sido una mujer desalmada y una pésima cocinera. El mayor de los niños, Sirvaram, que quería ser médico, se inscribió en el Presidence College de Madrás, mientras que Krishna, que aún no había cumplido los catorce años y Nitya, que había nacido también en el mes de mayo y tenía menos de once, caminaban seis millas diarias hacia y desde la Pennathur Subramanian High School en Mylapore, donde Krishna era apaleado casi todos los días por su estupidez. El pequeño Sadanand, de cinco años, no estaba ni física ni mentalmente en condiciones de ir a la escuela y habría de permanecer retardado durante toda su vida. En 1906, cuando tenía cincuenta y seis años, Charles Leadbeater había estado envuelto en un escándalo sexual que resquebrajó a la Sociedad Teosófica en todo el mundo. Entre 1900 y 1905 había participado en largas giras de conferencias en EE.UU., Canadá y Australia, haciendo conversos para la teosofía y dando instrucción especial a los adolescentes (se había tornado una gran reputación como tutor). Entonces, dos muchachos de Chicago confesaron a sus padres -sin que hubiera aparentemente confabulación alguna- que Leadbeater los había estado alentando en el hábito de la masturbación. Esto ocurrió en una época en que la homosexualidad era no sólo aborrecible para el público en general, sino que se enseñaba que la masturbación conducía a la locura y a la ceguera (2) . Cuando se enteró de esto, Mrs. Besant escribió a Leadbeater en un estado de terrible aflicción, puesto que uno de los requerimientos esenciales para la iniciación era la absoluta pureza sexual. Leadbeater contestó que él apoyaba la masturbación en ciertos casos como un mal mucho menor que la obsesión culpable con pensamientos sexuales. Sin embargo, prometió no volver a abogar jamás por esta práctica dentro de la Sociedad Teosófica, no porque no creyera en ella, sino por Mrs. Besant. Se le exigió a Leadbeater que asistiera a una reunión del Consejo a realizarse en el Hotel Grosvenor en Londres el 16 de mayo de 1906, a fin de que respondiera a los cargos que había contra él. Antes de hacerlo, presentó su renuncia a la Sociedad. A fin de evitar la publicidad, el Coronel Olcott, Presidente de la Sociedad en la India, aceptó su renuncia ante la intensa indignación de muchos miembros que deseaban que se le expulsara, puesto que no había aclarado la situación en la audiencia. Después de eso, Leadbeater vivió tranquilamente en el campo, ya fuera en Inglaterra o en Jersey, por casi tres años, con ocasionales viajes al continente, enseñando de manera privada y ayudado financieramente por los muchos amigos que había conservado dentro de la Sociedad. La mayoría de los antiguos discípulos de Leadbeater respondían por su pureza. Cuando en junio de 1907, Mrs. Besant fue elegida Presidenta por una enorme mayoría, logró, después de una intensa campana, que a fines de 1908 se readmitiera a Leadbeater en la Sociedad, aunque ya nunca volvería a tener una posición oficial. Después de esto, Mrs. Besant envió por él para que viniera a la India, donde necesitaba de su ayuda. El 10 de febrero de 1909 Leadbeater llegó a Adyar, menos de tres semanas después de que Narianiah se hubiera instalado allí con Krishna y sus hermanos. Leadbeater fue a vivir en el Bungalow Octagonal del Río, cercano al edificio de los Cuarteles. Su trabajo principal consistía en tratar con la enorme correspondencia que llegaba desde todas partes del mundo. Había traído consigo como secretario a un joven holandés, Johann van Manen, y estaba agradecido por la ayuda extra. (1) El relato del nacimiento y de la infancia de Krishna, fue dictado en 1911 por Narianiah a un teósofo inglés en Adyar y fue firmado por Narianiah en presencia de dos testigos dignos de confianza. (2) The World Through Blunted Sight. (El mundo a través de una visión Embotada), Patrick Trevor-Roper, pág. 155 (Thames and Hudson, 1988).  En tareas secretariales le brindaba ayuda un joven inglés, Ernest Wood, quien sabía taquigrafía y ya había estado en Adyar por tres meses trabajando en la revista mensual The Theosophíst, En la habitación contigua a la de Wood, dentro de los alojamientos baratos en que vivían, se encontraba un joven indio, Subrahmanyam Aiyar, amigo de Narianiah. Estos dos hombres conocían a Krishna y Nitya y les ayudaban en sus tareas domésticas. Para Manen, Wood y Subrahmanyam se había vuelto un hábito bajar a la playa todas las tardes para bañarse en el lugar donde solía encontrarse a Krishna y Nitya chapoteando junto con algunos otros niños que vivían fuera del complejo residencial. Un día Van Manen le sugirió a Leadbeater que los acompañara, porque creía que uno de los niños podría interesarle. Leadbeater fue e inmediatamente escogió a Krishna que, según dijo, tenía el aura más maravillosa que jamás hubiera visto, sin la más mínima partícula de egocentrismo: le predijo a Wood que un día el niño llegaría a ser un gran maestro espiritual. Wood se sorprendió porque, habiendo ayudado a Krishna en sus tareas domésticas, lo consideraba particularmente torpe. Poco tiempo después de haber visto a Krishna en la playa, Leadbeater le pidió a Narianiah que trajera al niño a su bungalow un día en que no hubiera clases. Narianiah así lo hizo. Leadbeater sentó a Krishna a su lado, puso la mano sobre la cabeza del niño y comenzó a describir su vida anterior. De allí en adelante, los sábados y domingos, continuaron las visitas y el relato de las vidas pasadas qué registraba por escrito Narianiah, quien al principio siempre estuvo presente: después, esas notas fueron tomadas por Wood en taquigrafía. El nombre dado a Krishna a través de sus vidas fue el de Alcyone (1) . La fecha del primer encuentro de Leadbeater con Krishna en el Bungalow Octagonal es incierta pero, puesto que Mrs. Besant salió de Adyar para un ciclo de conferencias en EE.UU. el 22 de abril, aparentemente sin haber sabido nada de él, ocurrió probablemente después de esa fecha. Considerando las tendencias homosexuales de Leadbeater, debe destacarse que no pudo ser la apariencia exterior de Krishna la que le atrajo. Krishna, aparte de sus asombrosos ojos, lucía muy poco atractivo en esa época. Era flacucho, estaba desnutrido, cubierto de picaduras de mosquitos, con piojos hasta en las cejas, los dientes torcidos y el cabello afeitado hasta la coronilla y cayendo en trenza por la espalda. Además, tenía una expresión vacua que te daba casi un aspecto de retardado mental. Las personas que le conocieron entonces, han afirmado que había poco que elegir entre él y Sadanand. Según Wood, era físicamente tan débil que su padre declaró más de una vez que estaba sentenciado a muerte. (Krishna diría más adelante en su vida, que ciertamente habría muerto si no lo hubiera «descubierto» Leadbeater). Tenernos el propio relato de Krishna acerca de su primer encuentro con Leadbeater, escrito pocos días más tarde: Cuando por primera vez pasé a su habitación tenía mucho miedo, porque la mayor parte de los niños de la India temen a los europeos. No sé cuál es el origen de este temor, pero aparte de la diferencia en el color, que indudablemente es una de las causas, cuando yo era niño había mucha agitación política y nuestra imaginación estaba muy excitada por las murmuraciones que nos rodeaban. También debo confesar que los europeos en la India no son de ningún modo amables con nosotros, y yo solía presenciar muchos actos de crueldad que me amargaban más todavía. Por lo tanto, fue una sorpresa para nosotros descubrir lo diferente que era el inglés, quien también resultó ser un teósofo (2) . Poco después de que comenzaran estas sesiones en el Bungalow Octagonal, Leadbeater le dijo a Wood que el niño iba a ser el vehículo para el Señor Maitreya (o el Instructor del Mundo como más a menudo se le llamaba) y que él, Leadbeater, había sido instruido por el Maestro Kuthumi a fin de que ayudara a prepararlo para ese destino (3) . Leadbeater parecía haber olvidado o pasado por alto el hecho de que él ya había escogido un vehículo: un muchacho bien parecido de catorce años, Hubert, hijo del Dr. Weller van Hook de Chicago, quien había sido su firme defensor en la época del escándalo. En una charla pública que ofreció en Chicago sobre «El Próximo Instructor», durante su gira por EE.UU., Mrs. Besant anunció: «Esperamos que Él venga al mundo occidental, no al Oriente como lo hizo Cristo hace dos mil años». Leadbeater había escogido a Hubert en Chicago cuando éste tenía once años; Mrs. Besant le había conocido en Europa en 1907 y ahora, al encontrarlo nuevamente en 1909, persuadió a la madre para que lo llevara a Adyar a fin de que Leadbeater lo instruyera. Madre e hijo arribaron allí a mediados de noviembre, sospechando poco que Hubert había sido suplantado (4) . Poco tiempo después Leadbeater indujo a Narianiah a que sacara a los niños de la escuela y les permitiera que fueran educados bajo su supervisión mientras seguían viviendo con su padre. (Krishna se negó a hacer nada (1) The Lives of Alcyone (Las Vidas de Alcyone) que publicado más tarde mediante entregas mensuales en The Theosophist. (2) AA. De un ensayo que Krishna estaba determinado a escribir en 1913, en Varengeville, Normandía, sobre «Cincuenta años de mi vida». Tenía el propósito de ir agregando a ello año tras año, pero todo lo que de hecho escribió fueron 3.500 palabras dando un esbozo de su vida hasta 1911. (3) Clairevoyant Investigations by C.W. Leadbeater and the Lives of Alcyone (Investigaciones Clarividentes de C.W. Leadbeater y las vidas de Alcyone), Ernest Wood (impresión privada, Adyar, 1947). Ver también Theosophical Journal (Diario teosófico), Inglaterra, enero-febrero, 1965. (4) Hubert y su madre permanecieron en Adyar por cinco años. Después él fue a Oxford, se casó y se recibió de abogado en Chicago. Estaba muy disgustado con respecto a Leadbeater. The Last Four Lives of Annie Besant (Las Últimas Cuatro Vidas de Annie Besant), A.H. Nethercote, p. 193. (Hast-Davis, 1961). sin Nitya). Les fueron proporcionados cuatro tutores, además del propio Leadbeater que les enseñaba historia: Ernest Wood, Subrahmanyam Aiyar, Don Fabrizio Ruspoli (quien renunció a la armada italiana cuando se hizo teósofo) y Dick Clarke, un recién llegado a Adyar que había sido ingeniero. Pero la asignatura, más importante era el idioma inglés, a fin de que los niños pudieran hablar con Mrs. Besant cuando ella regresara a Adyar. Ya tenían ciertos conocimientos de inglés por lo que no encontraron difícil esta materia. Pronto olvidaron su dialecto nativo, el telegu y, desafortunadamente, no les enseñaron ninguna otra lengua de la India. También Dick Clarke recibió la tarea de cuidar a Krishna y Nitya. Fueron despiojados y se les proveyó de ropas limpias cada mañana; se les dejó crecer el cabello hacia la frente y fue cortado hasta la altura de los hombros; a Krishna le colocaron una placa para los dientes, la cual Clarke tenía que ajustar todos los días. Además de los cuatro tutores ya mencionados, estaba John Cordes, un australiano residente en Adyar, quien era responsable del desarrollo físico de los dos hermanos. Pero era Leadbeater quien supervisaba sus baños, asegurándose de que se lavaran bien entre las piernas, deploraba la manera ritual de bañarse que tenían los hindúes, que lo hacían vistiendo un taparrabo. Se insistía en el ejercicio físico y en la alimentación nutritiva: largos viajes en bicicleta, natación, tenis y gimnasia. Krishna disfrutaba de las actividades al aire libre -era un atleta natural-, pero seguía siendo desesperante con las lecciones. En vez de prestar atención al tutor, solía pararse frente a la ventana con la boca abierta, sin mirar nada en particular. Una y otra vez Leadbeater tenía que decirle que cerrara la boca. Krishna obedecía, pero inmediatamente la boca volvía a abrirse. Al final, un día Leadbeater se exasperó tanto que le aplicó un bofetón en la barbilla. Años después Krishna habría de declarar que esto acabó con la relación de ambos. Su boca permaneció cerrada, pero ya nunca volvió a sentir lo mismo con respecto a Leadbeater. Leadbeater estaba mucho más interesado en el adiestramiento oculto que en el bienestar físico de los muchachos. En la noche del 1º de agosto los llevó en sus cuerpos astrales, mientras dormían, a la casa del Maestro Kuthumi, quien los puso a prueba; después, por los cinco meses siguientes antes de que Krishna fuera aceptado, Leadbeater llevaba a Krishna en su forma astral ante el Maestro para una instrucción de quince minutos, al término de la cual el Maestro solía resumir su plática en unas pocas frases sencillas. A la mañana siguiente, en el Bungalow Octagonal, Krishna registraba por escrito cuanto recordaba de las palabras del Maestro. Dick Clarke y una señora que vivía en Adyar, garantizaron ambos el hecho de que estas notas fueron escritas trabajosamente por Krishna mismo y que la única ayuda que recibió fue con respecto a la ortografía y puntuación. Estas notas se convirtieron más tarde en un librito, A los Pies del Maestro, con la autoría de Alcyone, librito que ha sido traducido a veintisiete idiomas y aún sigue imprimiéndose. Alcyone escribió en el prólogo: «Estas no son mis palabras, son las palabras del Maestro que me las enseñó». El 17 de noviembre de 1909, Mrs. Besant regresó a la India y Krishnamurti la conoció por primera vez. Fue el comienzo de un amor imperecedero entre ellos. Leadbeater le había escrito a Mrs. Besant, mientras ella se encontraba en Europa durante su viaje de regreso, para contarle acerca de las vidas de Alcyone que estaba investigando, pero recién cuando llegó a Adyar ella se enteró de las expectativas que Leadbeater abrigaba con respecto al niño. Durante las tres semanas que permaneció en Adyar, antes de trasladarse a Benarés para la Convención Teosófica (1) , los niños iban diariamente a su habitación en los Cuarteles, donde ella les impartía clases de lectura. Mrs. Besant pudo calmar la fricción existente entre Narianiah y Leadbeater, quien no tenía paciencia con las objeciones que el padre ponía para que los hijos no fueran alejados cada vez más de su influencia. Mrs. Besant dispuso, con el consentimiento de Narianiah, que mientras ella permaneciera en Benarés, los niños debían alojarse en la habitación que tenía en el edificio de la Sede Central. El 31 de diciembre Leadbeater telegrafió a Mrs. Besant que el Maestro Kuthumi había sugerido que esa noche iba a aceptar a Krishna como su discípulo y si a ella le agradaría estar presente (2) . Al otro día le envió a Leadbeater un relato de lo que recordaba de la ceremonia y le pidió que confirmara si era verdad que el Señor Maitreya había puesto a Krishna bajo la custodia de ella y de Leadbeater. Leadbeater contestó: «Es cierto que el Señor Maitreya lo puso solemnemente bajo nuestra custodia en nombre de la Hermandad. Krishna se impresionó profundamente y ha sido diferente desde entonces». Pero pronto tuvo lugar un acontecimiento mucho más excitante. El 8 de enero de 1910 hubo un dramático intercambio de telegramas. El de Leadbeater a Mrs. Besant decía: «Iniciación ordenada para el día once. Surya [el seudónimo del Señor Maitreya en Las Vidas de Alcyone] oficiará en persona. Se ordena visita posterior a Shamballa (3) . Implica una reclusión de treinta y seis horas». La respuesta fue inmediata: «Cierren la Capilla (1) Las convenciones anuales se hacían en años alternados en Adyar, Sede Central de la Sociedad Teosófica, y en Benarés, Sede Central de la Sección India. Mrs. Besant tenía una casa en Benarés. (2) Las comunicaciones mutuas entre Mrs. Besant y Leadbeater que figuran en este capítulo, fueron publicadas por C. Jinarajadasa en The Theosophist en junio de 1932. (3) Un oasis en el desierto de Gobi donde vivía el Rey de la jerarquía oculta, el Sanat Kumara de las escrituras hindúes. [habitación] y mi balcón y echen llave, a la puerta de la escalera durante el tiempo requerido. Usen mi habitación, la de mi secretario y la de Mrs. Lubke1 según las necesidades. Usted tiene mi autoridad para todo». Desde la tarde del 10 de enero hasta la mañana del 12, Krishna y Leadbeater estuvieron encerrados en el aposento de Mrs. Besant con Nitya o Dick Clarke vigilando constantemente del otro lado de la puerta. Clarke anotó que Leadbeater y Krishna permanecieron «fuera de sus cuerpos la mayor parte de dos noches y un día, regresando muy ocasionalmente y luego sólo de manera parcial, aunque lo suficiente para ingerir alimentos (principalmente leche tibia) que nosotros poníamos junto a sus camas». Krishna se hallaba acostado en la cama de Mrs. Besant y Leadbeater en el piso (2) . De acuerdo con Leadbeater en una carta a Mrs. Besant, Krishna despertó en la mañana del día 11 gritando: «¡Me acuerdo! ¡Me acuerdo!». Leadbeater le pidió que te dijera todo lo que recordaba y, estos recuerdos fueron registrados por escrito el día 12 en una carta muy larga a Mrs. Besant. Leadbeater le aseguraba que éstas eran las propias palabras de Krishna, excepto por alguna ayuda en los tiempos de verbo y por alguna palabra suplida aquí y allá. Según lo registrado por Krishna, el Maestro Morya se encontraba en la casa del Maestro Kuthumi, al igual que Mrs. Besant y Leadbeater: después fueron todos juntos a la casa del Señor Maitreya junto con sus patrocinadores Mrs. Besant y Leadbeater y, habiendo contado correctamente las preguntas que le formuló el Señor, fue recibido con beneplácito en la Gran Fraternidad Blanca. A la noche siguiente lo llevaron a ver al Rey del Mundo y ésa, como escribiera Krishna, «fue la experiencia más maravillosa de todas, porque Él es un niño no mucho mayor que yo pero el más hermoso que haya visto jamás, todo glorioso y resplandeciente: y cuando Él sonríe es como la luz del sol. Es fuerte como el mar, de modo que nada puede oponerse a Él y, no obstante, es todo amor, así que yo no podía sentir el más mínimo temor ante Él» (3) . Cuando Krishna salió del aposento de Mrs. Besant, todos los que le esperaban afuera se prosternaron ante él. Ello ciertamente es lo que revela la fotografía tomada directamente después de que hubo pasado por alguna experiencia muy asombrosa. Krishnamurti no recordaba nada de esto en años posteriores, excepto lo que otras personas le habían contado. En marzo, Narianiah accedió a transferir la custodia legal de los niños a Mrs. Besant, quien los mudó a la habitación contigua a la de ella, aunque continuaron tornando sus clases en el Bungalow Octagonal. En septiembre los llevó a Benarés, donde se alojaron con ella en su casa, Shanti-Kunja. Krishna seleccionó cinco hombres entre el grupo especial de seguidores de Mrs. Besant y preguntó si podía enseñarles los requisitos para el discipulado tal como le habían sido enseñadas por el Maestro Kuthumi. Entre estos cinco se encontraban George Arundale, de treinta y dos años de edad. Director del Colegio Central Hindú en Benarés, y E.A. Wodehouse, profesor de inglés en el mismo colegio y hermano mayor de P.G. Wodehouse. Mrs. Besant, encantada con la solicitud de Krishna, le escribió a Leadbeater: «Es tan bueno ver cómo se abre, bendito sea... Se está desarrollando muy rápidamente y no muestra trazas de cortedad o de timidez, sino una bella dignidad plena de gracia... apadrina a George [Arundale] de un modo muy extraño». Krishna mismo le pidió a Leadbeater que le enviara las notas que él había escrito sobre la enseñanza del Maestro (4) . En esa época, estando en Benarés, Wodehouse escribió acerca de Krishna: Lo que nos impresionaba particularmente era su naturalidad... no había ninguna clase de parcialidad ni signo alguno de afectación. Era todavía de naturaleza retraída, modesto y, respetuoso hacia sus mayores y cortés para con todos. Además, a aquellos a quienes quería les demostraba una calidad de afecto vehemente que era singularmente atractiva. Parecía no ser en absoluto consciente de su posición en lo «oculto». Nunca aludía a ella; jamás, ni por un momento permitía que el más leve vestigio de ello se introdujera en su conversación o en sus modales... Otra de sus cualidades era un sereno desprendimiento personal. Parecía no tener ni la más mínima preocupación por sí mismo... No éramos devotos ciegos dispuestos a no ver en él sino perfección. Eramos personas adultas, educadores con alguna experiencia en la juventud. Si en él hubiera habido un vestigio de vanidad o afectación, o una pose como de «niño sagrado» o una engreída conciencia de sí mismo, indudablemente habríamos emitido un veredicto adverso (5) . La descripción de Wodehouse puede ser aplicada verazmente a la naturaleza de Krishnamurti por el resto de su vida. (1) Una señora de edad madura que trabajaba en la biblioteca. Su habitación era contigua a la sala de recibo de Mrs. Besant. Leadbeater encontraba que Mrs. Lubke era una «influencia decadente», lo que le daba oportunidad de trasladarla permanentemente y tener blanqueada la habitación que ella ocupaba. (2) El relato de la iniciación de Clarke, en el Australian Theosophist, septiembre de 1928. (3) AA. Esta carta está citada completa en Los Años del Despertar, Orión, 1979. (4) Leadbeater mecanografió las notas antes de mandarlas (las notas originales han desaparecido), y fue esta versión mecanografiada la que se usó para A los Pies del Maestro. (5) Citada en The Man and his Message (El Hombre y su Mensaje), Lily Heber (Allen & Unwin, 1931).

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