domingo, 30 de julio de 2023

VIDA Y MUERTE DE KRISHNAMURTI - ESCRITO POR MARY LUTYENS - 6 -

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 «Existe una soledad... » 

Durante el siguiente mes de febrero, surgió la oportunidad de comprar la Cabaña de los Pinos y seis acres de terreno que la rodeaban y que incluían otra casa más grande. 

Cuando Krishna expresó el deseo de adquirir esto, señalando lo sagrado que el lugar se había vuelto después de todo lo ocurrido ahí, Miss Dodge aportó el dinero necesario. 

Krishna llamó a la casa más grande Arya Vihara (Monasterio Noble), y poco después se compraron siete acres y se constituyó el Trust de los Hermanos para administrar la propiedad. 

Durante toda la vida de Krishna el dinero, en forma de donaciones y legados, llegó cuando se lo necesitaba, y más tarde el dinero provino también de sus libros; sin embargo, él nunca conservó nada para sí mismo, excepto la asignación anual de 500 £. 

Desde principios de 1923, Krishna comenzó a trabajar enérgicamente en Ojai, encargándose de docenas de cartas oficiales, escribiendo todos los meses sus notas para el Herald, reorganizando la Orden de la Estrella en California, ofreciendo charlas en los alrededores y reuniendo dinero para una escuela en la India. 

En mayo, él y Nitya -quien como resultado de un nuevo tratamiento Abrams se decía una vez más que estaba curado- recorrieron en gira los EE.UU., gira que terminó en Chicago para la Convención Teosófica. 

En junio, los hermanos viajaron a Inglaterra. Se había arreglado que asistieran al Congreso Teosófico y de la Estrella que iba a realizarse durante el mes de junio en Viena. 

Lady Emily se reunió con ellos en Pleymouth e informó a Mrs. Besant que Krishna se veía poco cambiado exteriormente, aunque quizá más hermoso, pero «uno estaba consciente, en todo momento, de un controlado pero inmenso poder concentrado que fluía a través de él». 

Después del Congreso, donde Krishna iba a encontrar nuevamente a Helen Knothe (ella había permanecido en Amsterdam), él preguntó si podría disfrutar de unas vacaciones «familiares» en algún lugar tranquilo donde no le conocieran. 

Un amigo de John Cordes puso a disposición de ellos un chalet, en Villa Sonnblick, que se encontraba en las afueras del pueblo de Ehrwald en el Tirol austríaco, y allí Krishna y Nitya pasaron siete semanas con un grupo de amigos formado por Lady Emily, mi hermana Betty y yo, Helen, Mar de Manziarly, Rajagopal (que ahora asistía a Cambridge), Cordes y Ruth Roberts, una muchacha inglesa con quien Krishna había tenido un flirteo en Sydney. 

Nitya, Lady Emily, Helen y Rajagopal se alojaron en Sonnblick, donde comíamos todos, mientras que el resto de nosotros dormíamos en otro chalet. 

Las primeras dos semanas constituyeron realmente unas vacaciones dichosas, era un lugar ideal para paseos en las montañas y había un campo llano donde podíamos jugar «rounders». 

Durante las excursiones a las montañas, Krishna, Nitya y Rajagopal solían cantar mantrams hindúes que sonaban particularmente bellos en los bosques. 

Después, a mediados de agosto, «el proceso» comenzó otra vez en serio todas las noches, y continuó hasta el 20 de septiembre. Krishna, o más bien el «elemental físico», confundía ahora a Helen con la madre de Krishna cuando éste se «salía» de su cuerpo. Lady Emily enviaba cartas diarias a Mrs. Besant relatando todo lo que ocurría. 

«Al verle [a Krishna] bajar a saltos los cerros, tan lleno de gracia, belleza y vitalidad», escribió, «es casi imposible creer lo que su pobre cuerpo ha estado soportando cada noche». 

Después de una noche de tortura, se le oyó gritar: «¡Nunca ha sido tan malo como esto!». 

Nitya habría de escribir más tarde: «Durante los últimos días en Ehrwald, ‘Ellos’ pusieron en práctica el experimento de dejar a Krishna consciente mientras el dolor era todavía bastante fuerte, pero esta conciencia se mantenía solamente por 10 o 20 segundos cada vez, y apenas el dolor se tornaba demasiado intenso, Krishna solía dejar el cuerpo». 

En la noche del 20 de septiembre, Krishna «retransmitió» a Nitya un mensaje, supuestamente del Maestro Kuthumi, que Nitya puso por escrito: Escucha Nitya. Esto termina aquí, ésta es la última noche; se continuará en Ojai. 

Pero esto depende de ustedes. Ambos deben tener más energía.

El éxito dependerá de lo que hagan el mes entrante. 

No dejen que nada se interponga en el camino. 

Aquí ha sido un éxito. 

Pero Ojai depende enteramente de ustedes; allí se continuará con mayor vigor si están preparados. 

Cuando dejen este lugar deben ser sumamente cuidadosos. 

Es como un vaso nuevo recién sólido del molde, y cualquier mala vibración puede quebrarlo; esto significaría reparar y remodelar, lo que tornaría un largo tiempo... Si fallan, habrá que empezar todo desde el principio.

Este mensaje es particularmente, interesante porque el estilo es por completo diferente de los de Krishna y Nitya. 

Al dejar Ehrwald, casi todo el grupo fue a alojarse en el Castillo de Eerde en Holanda, con el Barón van Pallandt, que había ofrecido la propiedad a Krishna. 

Esta fue la última vez que el castillo se usó como residencia privada. 

Se constituyó un Trust, con Krishna como presidente, al cual se hizo el traspaso de la heredad, y Eerde se convirtió en la Sede Central de la Orden de la Estrella de Oriente. 

Dando por sentado que «el proceso» iba a continuar en Ojai, Nitya sentía que era necesario tener allí a otro iniciado, de modo que Rajagopal (que se había convertido en iniciado antes de venir a Inglaterra) dejó Cambridge por un año para ir con ellos. 

Ahora vivían en Arya Vihara, mientras que Rosalind vivía en la Cabaña de los Pinos con su madre. (Helen había tenido que regresar a su casa en Nueva York). 

Poco tiempo después de su llegada, «el proceso» comenzó de nuevo y fue tan severo que, por primera vez, Nitya se sintió angustiado y escribió una carta ansiosa a Leadbeater preguntándole si todo estaba «bien». 

Ahora Krishna tenía que soportar por sí mismo el sufrimiento, que se estaba volviendo cada vez más intenso. 

«En estos días», decía Nitya a Leadbeater, «no está Helen con él, y aunque Rosalind vive al lado de nosotros, él no parece necesitarla, cuando el dolor ha pasado, Krishna abandona el cuerpo y éste llora desconsoladamente hasta quedar exhausto.

 Llama a su madre, y he descubierto que quiere a Helen, no a Rosalind. Hasta donde puedo descifrar de lo que el cuerpo de Krishna dice ocasionalmente, todavía queda un gran trabajo que hacer sobre el cuerpo, y eso tal vez signifique muchos meses». 

El 26 de noviembre, el cuerpo de Krishna «retransmitió» un mensaje que Nitya incluyó en esta carta a Leadbeater: «La labor que se está haciendo ahora es de la más grave importancia y sumamente delicada. 

Es la primera vez que este experimento se lleva a cabo en el mundo. Todo en la casa debe ceder su lugar a esta labor y ninguna conveniencia personal, ni siquiera la de Krishna, debe tomarse en cuenta». 

Es raro que Leadbeater no quisiera ir a Ojai para presenciar por sí mismo este extraño fenómeno. 

Lo único que hizo fue escribirle a Mrs. Besant diciéndole que él estaba «muy preocupado por todo el asunto... tan completamente opuesto a lo que a mí me han enseñado. 

Espero que usted pueda asegurarme que todo va bien». 

Mrs. Besant, aunque ya había dejado de lado sus poderes ocultos, estaba aparentemente en condiciones de dar seguridades a Leadbeater, y desde entonces Leadbeater delegó en ella toda responsabilidad. 

A Nitya le escribió: «No entiendo el terrible drama que está teniendo lugar en nuestro amado Krishna». 

Krishna iba a escribirle a Lady Emily a principios de 1924, después de que «el proceso» había estado desarrollándose por dos meses: Me estoy volviendo más y más irritable y me canso cada vez más; desearía que usted y los otros estuvieran aquí. Frecuentemente siento ganas de llorar en estos días, y ésta no era mi manera de ser. Es terrible para los demás y para mí mismo... Quisiera que Helen se encontrara aquí, pero eso es imposible, y también es probable que Ellos no quieran que haya alguien a mi lado que me ayude. Así que tengo que hacerlo todo por mí mismo. 

Por mucho que uno se lo proponga, existe una soledad, la de un pino solitario en el desierto... 

Los últimos diez días han sido realmente penosos, los dolores en mi espina dorsal y cuello han continuado muy fuertes y antes de ayer he tenido una noche extraordinaria. 

Sea lo que fuere eso, la fuerza o como pueda llamarse esta cosa, subió por mi espina dorsal hasta la base de la nuca, luego se separó en dos, yendo una parte a la derecha y otra a la izquierda de mi cabeza, hasta que se juntaron entre ambos ojos, justo encima de mi nariz. 

Y vi al Señor y al Maestro. 

Fue una noche tremenda. Por supuesto que todo ello fue extremadamente doloroso... estoy seguro de que pronto tendremos unas vacaciones. 

Krishna describió asimismo esta experiencia a Mrs. Besant, y Nitya también hizo su propio relato de ella. Nitya presumía que se trataba de «la apertura del tercer ojo». 

En los tratados de yoga se refieren a menudo al «tercer ojo» como el Ojo de Shiva. Se encuentra en medio de la frente y, como el kundalini, está asociado con la clarividencia. «La clarividencia de Krishna no ha comenzado todavía», agregaba Nitya, «pero imagino que ahora sólo es una cuestión de tiempo. Hasta ahora hemos tenido 110 noches del proceso desde que estamos aquí».

 Fue a comienzos de marzo que la Dra. Rocke llegó a Ojai, habiendo sido enviada por Leadbeater desde Sydney, donde ahora vivía, a fin de que informara sobre Krishna. Se quedó por una quincena observando «el proceso» cada noche. 

Krishna escribió a Lady Emily que «ella estaba tremendamente impresionada por todo el asunto y nosotros no estamos completamente locos». 

La Dra. Rocke se encontraba todavía allí el 11 de abril, «una noche maravillosa para todos nosotros», como le relató Nitya a Mrs. Besant cuando Krishna «retransmitió» un mensaje, cuya primera parte Nitya creía que era del propio Señor Maitreya: Hijos míos, me complace su resistencia y valor. Ha sido ésta una gran lucha y, hasta donde Hemos llegado, ha sido un éxito. Aunque hubo muchas dificultades, las Hemos sobrellevado con relativa facilidad... Han salido muy bien de ello, aunque la preparación completa no ha terminado... Lamentamos el dolor tan prolongado que ha debido parecerles interminable, pero una gran gloria les espera a cada uno de ustedes... Mi Bendición sea con ustedes. Aunque continuaremos en una fecha posterior, no quiero que dejen este lugar para ir a Europa hasta después de Wesak (el gran festival oculto de la luna llena en mayo, que ese año caía el 18 de mayo), cuando todos Me podrán ver. 

Aunque Hemos protegido los tres sitios en tu cuerpo, seguramente habrá dolor. 

Es como una operación; aunque pueda haberse terminado, tendrás que sentir sus efectos un tiempo después.

Desafortunadamente, no tenemos un relato de la propia Dra. Rocke acerca de lo que ella pensaba del «proceso». 

Los hermanos, con Rajagopal y Helen, que se les unió en Nueva York, llegaron a Inglaterra el 15 de junio; Mrs. Besant también estaba en Inglaterra, y los hermanos fueron atrapados en sus incesantes actividades. 

Estas culminaron en un Congreso Teosófico y de la Estrella en Arnhem, Holanda, seguido por el primer campamento de Ommen, que tuvo lugar en una parte de los terrenos donados por el Barón van Pallandt, a una milla del Castillo de Eerde. 

Este campamento habría de realizarse anualmente hasta que estalló la guerra. 

Después de esto, Krishna estuvo libre al fin para disfrutar de las vacaciones «familiares» que anhelaba. 

El lugar elegido ese año fue un hotel-castíllo del siglo XI, situado en la cima de un escarpado cerro sobre el pueblo de Pergine en las Dolomitas, donde Krishna llegó con sus amigos el 18 de agosto. 

El grupo era el mismo del año anterior, con excepción de Mar de Manziarly y el agregado de una dama italiana y unos cuantos amigos de la India. Ocupamos dos torres en las esquinas de las murallas, así como algunos cuartos en el hotel, y comíamos en uno de los extremos de un gran comedor; nos hallábamos separados de los otros huéspedes y con nuestro propio cocinero, un vegetariano austríaco. 

Justo debajo del castillo había un campo raso para los juegos de pelota, tal como lo había habido en Ehrwald. Pero a Krishna le fue concedida menos de una semana antes de que volviera a comenzar el «proceso». 

Este fue más doloroso que nunca, lo cual después de Ojai parecía casi imposible. 

Sin, embargo, Helen se encontraba allí entonces y pudo ayudarle.

Nitya, Lady Emily, Helen y Rajagopal vivían en la torre redonda bajo el mismo techo que Krishna. Cuando principió «el proceso», los ocupantes de esa torre no veníais a cenar con nosotros en el hotel. 

El resto del grupo tenía conocimiento de que algo ocurría todas las noches -algo a fin de preparar el cuerpo de Krishna para que fuera ocupado por el Señor Maitreya-, pero no fue sino hasta el año siguiente que me hablaron del «proceso» y me leyeron en voz alta los relatos de Krishna y Nitya acerca de la experiencia de Ojai. 

En las vacaciones de ese año había un propósito definido. Se había determinado que las cuatro muchachas, Helen, Ruth, Betty y yo, debíamos, a instancias de Krishna, viajar a Sydney para ser «conducidas» por Leadbeater en el Sendero del Discipulado.

 (Rosalind había ido allá cuando los hermanos dejaron Ojai en junio). Todas las pláticas públicas de Krishna en los distintos lugares donde había estado con Mrs. Besant durante ese verano, habían hecho hincapié en que, para el discipulado, era necesario: dar saltos en el vacío, vivir peligrosamente, sentir con fuerza suficiente como para lanzarse fuera por la ventana, transformarse radicalmente. 

Ahora, en Pergine, por sugerencia de Lady Emily, Krishna comenzó a hablar sobre esa línea al grupo reunido allí. 

Después del juego matinal de «rounders», él solía sentarse en el campo bajo el manzano y trataba de inculcarnos las cualidades a las que teníamos que aspirar. Dijo a las muchachas que, si bien era sólo la naturaleza humana la que les hacía desear el matrimonio y un hogar propio, ellas no podían tener esas cosas y servir al Señor cuando viniera; sí trataban de jugar a ambas vidas se volverían burguesas, y nada era peor que la mediocridad. 

Pero no debían volverse rígidas: el único modo de evolucionar era crecer en amor y en radiante felicidad. 

También eran esenciales la completa pureza mental y física. 

A cuatro jóvenes muchachas apasionadas de las que yo, con apenas dieciséis años, era la menor, se les dijo que debían vivir existencias célibes fuera de un convento de monjas. 

La actitud de Krishna hacia el sexo y el matrimonio habría de cambiar al cabo de unos cuantos años. 

Al enterarse, en 1922, de que Mar de Manziarly se había comprometido en matrimonio, dijo que lo mismo podía haberse suicidado. 

(El compromiso se rompió antes de que ella viajara a Ehrwald). Era muy duro con todas nosotras en Pergine, haciéndonos llorar frecuentemente con las certeras verdades que nos decía. 

Nos encontraba a todas terriblemente insensibles, dijo a Lady Emily que era como hablarle a un montón de esponjas que sólo absorbían todo. 

Deseaba poder «magullarnos» más. «Son ustedes como personas en un cuarto oscuro esperando que alguien encienda la luz por ustedes, en vez de tentar en la oscuridad y encenderla por sí mismas» (1) . No obstante, a pesar de su aspereza, sentíamos su gran amor por nosotras, su anhelo de que nos convirtiéramos en bellos seres humanos y su terror de que nos volviéramos «mediocres». 

«El proceso» se detuvo el 24 de septiembre citando Krishna «retransmitió» un mensaje que, según creía, era del Señor Maitreya: Aprendan a servirme, porque sólo a lo largo de ese sendero Me encontrarán. Olvídense de sí mismos, porque sólo entonces podrán encontrarle. No busquen a los Grandes Seres cuando ellos pueden estar muy cerca de ustedes. Son como el ciego que busca la luz del sol. Son como el hambriento a quien le ofrecen comida y no quiere comer. La felicidad que buscan no está lejos; mora en cada piedra común. Yo estoy allí si sólo quieren ver. Yo soy el que ayuda si Me permiten que ayude. Estas líneas, muy diferentes de los otros mensajes, están más en el estilo de los poemas que Krishna pronto escribiría. (1) Del diario de Lady Emily, 1925 (AB).

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