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«Una constante agitación interna»
Krishna permaneció en la India hasta mayo, cuando viajó a Inglaterra con Rosalind y Rajagopal.
(Mi madre, Betty y yo habíamos partido a fines de enero cuando Helen y Ruth regresaron a Sydney).
Pareció natural que Rajagopal ocupara el puesto de Nitya como Secretario Organizador de la Estrella.
También se convirtió en el Tesorero Internacional de la Orden, una nueva designación. Era un organizador nato y Krishna estuvo muy complacido de dejar todos los asuntos financieros en sus eficientes manos.
A pedido de Krishna, Rajagopal arregló una asamblea de tres semanas en el Castillo de Eerde a realizarse desde el 3 de julio, antes del campamento de Ommen; desde la West Side House en Wimbledon, se envió a amigos especiales una invitación en la que se les pedía el pago de 2 libras semanales para comida y alojamiento. Aceptaron asistir treinta y cinco personas de diferentes nacionalidades; entre ellas se encontraban Mar de Manziarly, John Cordes, Rosalind, Rajagopal y las tres Lutyens.
El Castillo contaba ahora con electricidad y sistemas sanitarios instalados por el Trust (anteriormente habían sido lámparas de aceite y mazmorras que desembocaban directamente en el foso, donde carpas enormes devoraban lo que descendía hacia ellas), y las recámaras se habían convertido en dormitorios colectivos. Unicamente Krishna tenía una habitación para él solo.
Durante los primeros tres días estuvo en cama con bronquitis, después nos hablaba todas las mañanas por una hora en el gran salón, sentado con las piernas cruzadas en el sofá, bajo un gobelino.
Lady Emily, Mar y yo tomábamos notas en nuestros diarios, confirmando independientemente la creencia de que el Señor había hablado a través de él en varias ocasiones.
El tiempo se mostraba perfecto, y éramos suficientes para organizar excitantes juegos de voleibol.
«No hay nada tan hermoso en el mundo», escribí en mi diario, «como sentirse del modo en que una se siente aquí, realmente viva, física, mental y emocionalmente.
Tener, como dijo K, ese sentido de bienestar en todo».
Lady Emily registró en su diario que, en la charla del último día, Krishna «habló como nunca lo había hecho antes, y una siente que la conciencia de él y la del Señor se hallan tan completamente fundidas que ya no existe distinción alguna.
El dijo: ‘Síganme y yo les mostraré el camino hacia el Reino de la Felicidad.
Les daré, a cada uno de ustedes, la llave con la que podrán abrir la puerta del jardín’, y el rostro del Señor brillaba a través del rostro de Krishna».
La mayoría de los amigos y seguidores de Krishna, ahora lo llamaban Krishnaji; el sufijo «ji» indica afectuoso respeto.
Seguir llamándolo Krishna en este libro parece demasiado familiar, Krishnaji demasiado indio y Krishnamurti demasiado trabajoso, por lo tanto, en el resto del libro nos referiremos a él como K, que es el modo en que se refería a sí mismo. Cuando el campamento se inauguró el 24 de julio, el grupo de Eerde, con excepción de K que permaneció en el Castillo, se trasladó a tiendas de campaña entre los bosques de pinos, a una milla de distancia.
Cerca de 2000 personas (1) asistieron al campamento, que estuvo bellamente organizado.
Mrs. Besant, cuando vino a Europa a comienzos de julio, se dirigió directamente a Huizen.
Sin embargo, ella y Wedgwood asistían a las pláticas del campamento mientras se alojaban en el Castillo.
En el centro del Campamento había un anfiteatro hecho de ásperos troncos hachados, donde se hacían las reuniones cuando el tiempo era bueno; y todas las tardes, a la puesta del sol, se encendía allí la hoguera del campamento.
Para este acto, K solía cambiar sus ropas por trajes de la India y encendía la pirámide de troncos que tenía 15 pies de altura, mientras cantaba un himno a Agni, el dios del fuego.
Después, mientras el fuego ardía, K ofrecía una plática.
En la tarde del día 27, Lady Emily, de acuerdo con su diario, supo «que al instante en que Krishna apareció, Él [el Señor] estaba ahí.
Tan severo se veía él y tan lleno de poder».
Mrs. Kirby, una italiana casada con un banquero inglés radicado en Génova, que conocía a K desde 1909 en Adyar y había estado con nosotros en Pergine, escribió que esa tarde había en la apariencia de K una dignidad inusitada y que el poder de su voz se fue incrementando y ésta sonaba más llena y profunda, hasta que «el Señor estuvo ahí y era Él quien hablaba...
Cuando eso terminó, me descubrí temblando de pies a cabeza».
Cuando ella lo vio a la mañana siguiente, «él estaba tan amable y afectuoso como siempre, y cuando le conté cómo toda su apariencia había cambiado, dijo: ‘Desearía haber podido verlo también’... Krishnaji se veía como si tuviera urgente necesidad de un descanso... ¡Qué vida, pobre Krishnaji!
No hay duda de que él es el Sacrificio» (2) .
A continuación se reproduce parte de su plática de esa tarde: Quisiera pedirles que vengan y miren a través de mi ventana, la que les mostrará mi jardín y mi morada. Entonces verán ustedes que lo que importa no es lo que hagan, lo que lean, lo que cualquier persona les diga que son o que no son, sino
(1) El informe anual de la Orden de la Estrella de Oriente que corresponde a 1926, daba un total de 43.000 miembros en cuarenta países. Dos terceras partes de ellos también eran miembros de la Sociedad Teosófica. 2 Carta de María Luisa Kirby a R.G. Macbean, 31 de julio de 1926 (Theosophist 19 de julio de 1948).
que tengan el intenso deseo de entrar en esa morada donde reside la Verdad... Quisiera que ustedes vinieran y la vieran; que vinieran y la sintieran... y no que me digan: «Oh, usted es diferente, usted está en la cumbre de la montaña, usted es un místico».
Ustedes me dan frases y cubren mi Verdad con sus palabras.
Yo no quiero que ustedes rompan con todo aquello en que creen.
No quiero que nieguen su temperamento.
No quiero que hagan cosas que no sientan que son correctas.
Pero, ¿es feliz alguno de ustedes? ¿Ha experimentado alguno de ustedes la eternidad?... Yo pertenezco a todos, a todos los que realmente aman, a todos los que sufren.
Y si ustedes han de caminar, tienen que caminar conmigo.
Si han de comprender, deben mirar a través de mi mente.
Si han de sentir, deben mirar a través de mi corazón.
Y porque yo amo en verdad, quiero que ustedes amen.
Porque en verdad siento, quiero que ustedes sientan.
Porque estimo todas las cosas, quiero que ustedes estimen todas las cosas.
Porque quiero proteger, ustedes deben proteger.
Y ésta es la única vida digna de vivirse y la única Felicidad digna de poseerse
(1) .
Al final de la plática se vio a Wedgwood inclinándose hacia Mrs. Besant susurrándole algo.
Apenas ella y K volvieron al Castillo, Mrs. Besant le dijo que había un poderoso mago negro, a quien ella conocía muy bien, el cual había estado hablando a través de él.
K, completamente consternado, dijo que si ella pensaba realmente eso, él jamás volvería a hablar en público.
En adelante, nunca más se mencionó al mago negro.
Es el caso que yo estaba durmiendo en el Castillo esa noche, y K mismo, al hablarme de este incidente dijo: «Pobre Amma».
Comprendía que la mente de Mrs. Besant estaba agotándose y que creía cualquier cosa que Wedgwood pudiera decirle.
Mrs. Besant tomó la súbita decisión de ir con K a los EE.UU., donde no había estado desde 1909.
Se arregló rápidamente una gira de conferencias para ella y partió con K, Rajagopal y Rosalind el 26 de agosto.
En Nueva York subieron a bordo veinte reporteros, que se sintieron decepcionados al encontrar a K vestido con un impecable traje gris. Un periodista lo describió como «un tímido, muy asustado y bien parecido muchacho hindú».
K estaba profundamente desconcertado por los titulares: «El culto de la estrella aguarda la gloria del Advenimiento del Señor»:«El nuevo Mesías en Ropa de Tenis»; «La Nueva Deidad llega en Traje Deportivo», etcétera.
Al día siguiente, en el Hotel Waldorf-Astoria, cuarenta reporteros lo entrevistaron a solas.
Sin la presencia de Mrs. Besant, K era mucho menos tímido.
El New York Times informó que muchos de los que lo entrevistaban «trataban de atraparlo con preguntas astutamente formuladas; él evitó hábilmente todas las trampas y ganó su admiración saliendo triunfante de ellas».
Tiempo después, K mencionó a menudo que por aquella época una compañía cinematográfica le ofreció 5.000 dólares semanales para que protagonizara una película sobre la vida del Buda.
Esto le agradó porque le hizo sentir que podría ganarse la vida si llegara a necesitarlo.
No fue sino hasta el 3 de octubre, después de que Mrs. Besant ofreciera treinta conferencias, que K se encontró con ella en San Francisco y tuvo la dicha de llevarla consigo a Ojai.
Él había estado disfrutando de un descanso en Warm Springs, Virginia, junto con Rajagopal, y había permanecido fuera de Ojai cerca de un año.
Dos días después de su llegada escribió a Lady Emily: «Aquí estoy, sin Nitya...
Cuando entré a la habitación donde estuvo enfermo y en la cual murió, temo que mi cuerpo lloró.
Es una cosa extraña el cuerpo.
Yo no estaba realmente perturbado, pero mi cuerpo se encontraba en un estado extraordinario...
Me estoy acostumbrando a su ausencia física, lo que es una cosa bastante difícil de hacer, pues aquí vivimos más que en cualquier otra parte, aquí sufrimos ambos y aquí fuimos ambos felices».
Debido a una hinchazón dolorosa en el pecho (que con el tiempo desapareció), dos médicos de Hollywood prohibieron a K que viajara a la India ese verano como había planeado.
Mrs. Besant decidió permanecer con él y escribió a Lady Emily rogándole que viniera a Ojai con Betty y conmigo. Betty acababa de ingresar al Real Colegio de Música y no deseaba ir, pero mi madre y yo emprendimos viaje dichosamente a fines de noviembre y pasamos cerca de cinco deliciosos meses en Ojai con K y Mrs. Besant, Rajagopal y Rosalind. K y Mrs. Besant jamás habían gozado juntos de un período tan largo, apacible y feliz.
Por entonces, él estaba escribiendo poesía. Todas las tardes salíamos de paseo para ver la puesta del sol, que lo inspiraba tanto que solía regresar para escribir un poema (2) .
Mientras estuvimos allí, conocimos la parte más humana de su ser: se irritaba mucho conmigo cuando me enseñaba a conducir su Packard, y más tarde se puso furioso con la preocupación cuando, para desquitarme, me llevé el auto por mi cuenta.
En enero, lo que llamábamos «el viejo asunto» del dolor en el cuello y en la base de la espina dorsal, comenzó nuevamente, aunque ahora él parecía capaz de soportarlo sin «salirse de sí».
Sólo después de que eso se terminaba, necesitaba relajarse, y entonces solía dejar su cuerpo por una hora aproximadamente, volviéndose un niño.
En esto, yo era capaz de ayudarle.
Cuando me acerqué a él por primera vez, el «elemental físico» me preguntó quién era yo, y entonces dijo: «Bueno, si eres una amiga de Krishna y Nitya, supongo que está bien».
Cuando hablaba era como un niño de cuatro anos que me llamaba «Amma».
El niño parecía sentir un gran temor
(1) The Pool of Wisdom (La Fuente de la Sabiduría) (SPT, 1928). (2) Su primer poema, "Himno del Iniciado Triunfante", se había publicado en el Herald en enero de 1923. Alrededor de 60 poemas más de él se publicaron tanto en el Herald como en forma de libro, hasta 1931, cuando dejó de escribir poesía.
reverente por K y solía decir cosas como: «Ten cuidado, ya vuelve Krishna».
Cuando K regresaba, no tenía recuerdo alguno de lo que el niño había estado diciendo.
Cuando un día Lady Emily le preguntó qué entendía él por «amor posesivo», le contestó: «Todo el mundo es igual, todos piensan que tienen algún derecho especial, algún camino especial hacia mí».
Esto ocurrió a lo largo de toda su vida: personas que creían poseerlo de alguna manera, que creían comprenderlo mejor que algún otro. En realidad, ¿alguna vez alguien lo comprendió plenamente? De lo que no cabe duda es de que nadie lo poseyó.
El 9 de febrero K le escribió a Leadbeater: «Sé con certeza que estoy fundiéndome en la conciencia del Maestro y que Él ha de ocupar plenamente mi ser. Siento y sé también que mi copa está casi llena hasta los bordes y que pronto se derramará.
Anhelo hacer felices a todos y lo haré».
Poco después de su arribo a Ojai, Mrs. Besant compró para K 450 acres de terreno en la parte más alta del valle, con el fin de construir la escuela que él tanto deseaba.
Luego, trató de reunir dinero para 240 acres en el extremo más bajo, para un Campamento anual como los de Ommen.
Se constituyó un Fideicomiso más, la Happy Valley Foundation (Fundación del Valle Feliz) y se hizo un llamado para reunir 200.000 libras (1) .
Finalmente, todo el dinero fue suscrito y se compró el terreno, pero la Happy Valley School (Escuela del Valle Feliz) tardó veinte años en inaugurarse.
En abril, antes de salir de Ojai junto con K, Mrs. Besant emitió una declaración para la Associated Press de EE.UU., que comenzaba diciendo: «El Espíritu Divino ha descendido una vez más en un hombre, Krishnamurti, que en su vida es literalmente perfecto, como aquellos que le conocen pueden atestiguarlo», y terminaba: «El Instructor del Mundo está aquí».
Antes del Campamento de Ommen de ese año, hubo una asamblea de un mes en el Castillo de Eerde.
Uno de los grandes graneros que franqueaban la entrada al Castillo, había sido transformado en pequeños cuartos distribuidas en dos pisos, de modo que ahora había lugar para setenta personas.
Durante la primera semana, K cayó otra vez con una fuerte bronquitis. Mientras estuvo enfermo, Lady Emily solía leernos en voz alta sus poemas, mientras él permanecía en la cama leyendo a Edgar Wallace.
El 30 de junio se sintió lo bastante bien como para bajar y dar charlas.
En la asamblea hubo muchas discusiones entre Lady Emily y Rajagopal acerca de la reorganización de la Orden.
Puesto que tantas personas creían ahora que el Maestro había venido, los objetivos de la Orden ya no eran válidos.
El 28 de junio se trazaron objetivos nuevos: «(l). Reunir a todos aquellos que creen en la presencia en la tierra del Instructor del Mundo. (2). Trabajar para Él en todas las formas necesarias a fin de que Él pueda realizar su Ideal para la Humanidad.
La Orden no tiene dogmas, credos, ni sistemas de creencias. Su inspiración es el Maestro, su propósito dar cuerpo a Su vida universal».
El nombre de la Orden se cambió: en vez de la Orden de la Estrella de Oriente, se llamaría Orden de la Estrella, y la publicación Herald of the Star (El Heraldo de la Estrella) se llamaría ahora Star Review (Revista de la Estrella).
De ahí en adelante, cada país tendría que publicar su propia versión de la revista, pero habría además un International Star Bulletin (Boletín Internacional de la Estrella) publicado por el Star Publishnig Trust que había sido fundado en Holanda en 1926 y que por muchos años habría de publicar las pláticas de K.
El tema de K de este año en Eerde, fue la Liberación, mientras que el año anterior había sido El Reino de la Felicidad.
Lady Emily tomó algunas notas de lo que dijo: Deben ustedes liberarse no a causa de mí sino a pesar de mí... Toda esta vida y especialmente durante los últimos meses, he luchado para estar libre de mis amigos, de mis libros, de mis vínculos. Deben ustedes luchar por la misma libertad. Tiene que haber una constante agitación interna. Sostengan constantemente un espejo delante de ustedes y, si ven ahí alguna cosa indigna del ideal que ha crecido para sí mismos, cámbienla... No deben hacer de mí una autoridad. Si me convierto en una necesidad para ustedes, ¿qué harán cuando me vaya?... Algunos piensan que puedo darles un elixir que los hará libres, que puedo darles una fórmula que habrá de liberarlos; no es así.
Puedo ser la puerta, pero ustedes deben pasar por la puerta y encontrar la liberación que está más allá...
La Verdad llega como un ladrón en la noche cuando uno menos la espera.
Yo quisiera poder inventar un nuevo lenguaje, pero como no puedo, quisiera destruir la vieja fraseología y los conceptos de ustedes.
Nadie puede darles la liberación, tienen que encontrarla internamente, pero como yo la he encontrado, quisiera enseñarles el camino...
El que ha alcanzado la liberación ha llegado a ser el Maestro, como yo mismo.
Ella radica en el poder de cada uno para penetrar en la llama, para convertirse en la llama...
Porque estoy aquí, si quieren llevarme en el corazón, les daré la energía para alcanzarla...
La liberación no es para los pocos, los elegidos, los selectos.
La propia filosofía de K estaba, por fin, empezando a emerger, para consternación de la mayoría de los que participaban en la asamblea, especialmente los miembros de la Sección Esotérica de la Sociedad Teosófica que
(1) Cuando hizo este llamado, Mrs. Besant escribió en el Theosophist de abril: "Estoy arriesgando en esta nueva aventura una reputación basada en cincuenta y tres años de labor pública y todo un futuro financiero".
estaban acostumbrados a que se les dijera lo que debían hacer y qué pasos habían dado en el Sendero.
Él decía, en efecto, que los Maestros y todos los otros gurús no eran necesarios, que cada cual tenía que encontrar la Verdad por sí mismo.
Durante la asamblea, habló mucho con Lady Emily acerca de su anhelo de convertirse en sannyasi.
Decía de sí mismo que ésta fue la última gran tentación que tuvo que resistir.
Arundale, Wedgwood e incluso Raja, que personalmente eran devotos de K, en esa época declararon desde Huizen, donde estaban parando, que no creían que la conciencia de K se hubiera fundido hasta ese momento con la del Señor, pero debía mantenerse un frente unido.
K mismo había cambiado ahora su terminología: la fusión de la conciencia se había convertido para él en la «unión con el Bienamado», que era la liberación.
Los viejos líderes teosóficos se aferraban desesperadamente a su poder; su influencia estaba siendo socavada.
¿Qué ocurriría con su autoridad si no pudieran ya adiestrar pupilos para el discipulado y repartir pasos en el Sendero?
¿Cómo podrían seguir disertando sobre el «Advenimiento del Instructor del Mundo» si el Instructor estaba haciendo declaraciones revolucionarias que golpeaban el corazón mismo de la Sección Esotérica?
Mrs. Besant estuvo nuevamente en el campamento ese año, pero con toda seguridad hubiera deseado asistir también a la asamblea.
K debe haberla disuadido de venir, porque el 28 de julio, tres días antes de inaugurarse el campamento, ella le escribió desde Londres una carta patética: Querido mío... Por un tiempo considerable he sentido que la culminación vendría a Eerde este año, y deseaba mucho estar allí para este bello momento y no ser nada sino sólo una más entre tu propia gente, de modo que me he sentido más bien triste al no estar ahí con todas las personas afortunadas que han tenido esa gran bendición. Tonta de mí, tal vez, ¡pero ansiaba tanto estar ahí! No creo que sepas cuánto te amo, querido, debido a que no te rondo ni me agito en torno de ti. De modo que he vertido a solas unas cuantas lágrimas sobre mi mal karma. Tú no sabías que yo era una boba semejante, ¿verdad?, ni que deseaba con tanta urgencia estar allí, en vez de llegar solamente con la multitud (1) .
El día previo a la inauguración del campamento, antes del arribo de Mrs. Besant, K dio su primera respuesta pública al interrogante que preocupaba a tantos: ¿Creía o no creía él en los Maestros y en la jerarquía oculta? Fue tal vez la más importante declaración sobre su propia posición que haya hecho nunca: Cuando yo era un niño pequeño, acostumbraba ver a Sri Krishna, con la flauta, tal como lo representaban los hindúes, porque mi madre era una devota de Sri Krishna... Cuando fui mayor y me encontré con el obispo Leadbeater y la Sociedad Teosófica, comencé a ver al Maestro K. H. -también en la forma en que me lo describían, la realidad desde el punto de vista de ellos-, y entonces el Maestro K. H. fue para mí la meta. Más tarde, conforme crecía, empecé a ver al Señor Maitreya. Eso fue hace dos años, y le veía constantemente en la forma en que me fue presentado... Ahora, últimamente, ha sido el Buda a quien he estado viendo, y ha sido mi deleite y mi gloria estar con Él. Se me ha preguntado qué es lo que entiendo por «el Bienamado». Daré un significado, una explicación que ustedes interpretarán como gusten.
Para mí, el Bienamado es todo: es Sri Krishna, es el Maestro K.H., es el Señor Maitreya, es el Buda, y está aún más allá de todas estas formas. ¿Qué importa el nombre que uno le dé?...
Lo que les inquieta es si existe alguien como el Instructor del Mundo, que se haya manifestado a sí mismo en el cuerpo de cierta persona: Krishnamurti; pero en el mundo nadie se preocupa de esta cuestión... Es algo desafortunado que tenga que explicarlo, pero debo hacerlo.
Quiero que ello sea lo más indefinido posible y espero lograrlo. Mi Bienamado es los cielos abiertos, la flor, cada ser humano... Hasta que no fui capaz de decir con certeza, sin excitación indebida ni exageración con el fin de convencer a otros, que era uno con mi Bienamado, nunca lo dije. Hablaba acerca de vagas generalidades que todos deseaban oír. Nunca dije: Soy el Instructor del Mundo; pero ahora que siento que soy uno con mi Bienamado, lo digo, no para imprimir mi autoridad sobre ustedes, no para convencerles de mi grandeza ni de la grandeza del Instructor del Mundo, ni aun de la belleza de la vida, sino meramente para despertar en sus corazones y en sus propias mentes el deseo de buscar la Verdad.
Si yo digo, y lo diré, que soy uno con el Bienamado, es porque lo siento y lo sé.
He encontrado lo que anhelaba, me he unido a ello; por lo tanto, de aquí en adelante, no habrá separación, porque mis pensamientos, mis deseos, mis anhelos -los del yo individual-, han sido destruidos...
Soy como la flor que da su perfume al aire de la mañana.
Ella no se preocupa del que pasa por su lado... Hasta ahora han estado dependiendo de la autoridad de los dos Protectores de la Orden [Mrs. Besant y Leadbeater], o de algún otro que les revele la Verdad, mientras que la Verdad reside dentro de ustedes...
No es bueno que me pregunten quién es el Bienamado.
¿De qué sirven las explicaciones?
Porque ustedes no comprenderán al Bienamado hasta que sean capaces de verle en cada animal, en cada brizna de hierba, en cada persona que sufre, en cada individuo(2) .
Mrs. Besant fue al campamento desde Huizen, acompañada de Raja y Wedgwood. Aunque su principal discurso durante las reuniones fue «El Instructor del Mundo está aquí», ella no podía conciliar lo que K decía actualmente, con su idea preconcebida acerca de lo que diría el Señor.
Regresó a Huizen el 15 de agosto, y de este modo perdió una plática que K ofreció dos días después a los trabajadores voluntarios que habían ayudado a organizar el campamento.
Las pláticas eran registradas habitualmente en taquigrafía y luego publicadas, pero no
(1) AKFA. (2) Who Brings the Truth (Quien Trae la Verdad) (SPT, 1928).
hay registro oficial de ésta (probablemente fue suprimido por consideración a Mrs. Besant).
Sólo tenemos una frase anotada en el diario de Lady Emily: «Ustedes no pueden ayudar hasta que ustedes mismos estén más allá de la necesidad de ayuda».
Informes de esta plática llegaron hasta Mrs. Besant y la trastornaron grandemente, y también, según dijo, trastornaron a muchos otros.
K, que se hallaba descansando en Villars con Rajagopal, escribió a Mrs. Besant diciéndole que no podía recordar lo que había dicho.
«Me temo que todos ellos se oponen a pensar por sí mismos», agregaba, «y es mucho más fácil descansar cómodamente en los pensamientos de otros...
Madre, nosotros dos debemos permanecer juntos y nada más importa».
Pero, de acuerdo con Peter Freeman, M.P., Secretario General de la Sociedad Teosófica en Gales: «Él [K] nos dijo que nunca en su vida había podido leer un libro teosófico, que no podía entender nuestra ‘jerga’ teosófica y que, aun cuando había oído muchas conferencias teosóficas, ninguna de ellas le había convencido del conocimiento que tenían de la Verdad»(1) .
Después de Villars, K fue a París donde había prometido posar para el escultor Antoine Bourdelle. Bourdelle, por entonces de sesenta y seis años, se sintió inmediatamente cautivado por K.
«Cuando uno escucha hablar a Krishnamurti, queda asombrado» (2) , se cuenta que dijo, «tanta sabiduría en un hombre tan joven... Krishnamurti es un gran sabio y, si yo tuviera quince años, lo seguiría» (3) .
K no estuvo presente cuando Rajagopal y Rosalind se casaron el 3 de octubre en un registro civil de Londres, a lo cual siguió una ceremonia religiosa en la Iglesia Católica Liberal de St. Mary. Mrs. Besant entregó a Rosalind al novio. Era Mrs. Besant quien había impulsado el matrimonio a fin de que Rosalind pudiera viajar decorosamente con K, si bien es cierto que Rajagopal estaba profundamente enamorado de ella.
Arya Vihara, en Ojai, habría de convertirse en el hogar de ambos. K no recordaba lo que había pensado acerca de este matrimonio. Sin embargo, sus sentimientos en relación con el matrimonio en general habían cambiado por entonces, ya no lo consideraba un desastre.
(1) The Last Four Lives of Annie Besant, (Las Cuatro Últimas Vidas de Annie Besant), A.H. Nethercote (Hart-Davis, 1961). 2 El busto de K hecho por Bourdelle, considerado entre sus obras más bellas, se encuentra hoy en el Museo Bourdelle de París. 3 Entrevista con Bourdelle en L’Intransigéant, marzo de 1928.