El pasaje Drake está situado en el extremo sur de Argentina, allí confluyen los océanos Atlántico y Pacífico, las turbulencias, vientos y la formación de olas de gran altitud lo hacen un sitio peligroso de atravesar. Cuando el rompehielos en que éste era tripulante llegó a ese punto, a los que lo cruzábamos por
primera vez nos ofrecieron la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable.
Acepté, por seguridad debieron amarrarnos con sogas en la proa del barco. Se formaron olas de mas de veinte metros de altura, de pronto el mar parecía ser el cielo, creí que eso era el fin...pero al instante siguiente estábamos en la cúspide de la ola y sentimos la sensación de que un inmenso abismo nos tragaría...pero no fue así, el barco estaba preparado para navegar en esos mares, su proa era redondeada y seguía los movimientos de las olas con toda elegancia...eso lo digo ahora, jajaja, pero cuando ocurrió fue algo distinto, nunca había experimentado el poder de la naturaleza con esa magnitud. Por un momento fui como la nada misma y eso quedó impreso en lo mas profundo de mi Ser.
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